miércoles, 26 de diciembre de 2012

Capítulo 3 - Una gran sorpresa

Cuando mi madre miró la carta gritó tanto como yo y nos abrazamos durante unos 5 segundos o así.

Llegada ya la tarde salí a dar un paseo con mi madre. Fuimos al parque, a la plaza (que la verdad estaba bien lejos), y allí nos encontramos unas amigas de cuando vivíamos en Liverpool. Llevaba hablando con ellas 1 hora, por lo menos y yo tenía ganas de marcharme a casa. Solo hablaban de cosas de los hijos e hijas y eran cosas verdaderamente embarazosas.

Pasadas ya 3 horas, por fin acabaron de hablar y nos fuimos a casa. Cuando llegamos ya era la hora de cenar.

Christine nos hizo la cena y cocinó Lasaña y Merluza y de postre flan casero y estaba buenísimo todo y le dije que se viniera a mi casa para que me hiciese la comida todos los días, ella se rió y me dijo que estaba muy a gusto aquí con su madre.

Al acabar todos de cenar nos pusimos a ver la televisión y estaban echando mi programa favorito pero Robby tuvo que cambiar a otro canal y de repente se fue la luz y se fastidio todo. Pregunté haber que pasaba y mi padre respondió:

-Lo siento, es que estaba comprobando algo y bajé los plomos. Lo siento mucho. Ahora los subo.

-Bueno pues si eso no pasa nada-respondí aliviada.

Después del susto que nos dio mi padre me entró sueño y me fui a la cama. Me dormí nada mas meterme.

Al día siguiente me desperté con un gran sonrisa en la cara porque hoy, hoy era el gran día, el día en que me iban a ofrecer algo los de la compañía dicográfica RedOne.

Mi madre también estaba como yo, somos las únicas que lo sabemos, creo.

Al desayunar estábamos realmente nerviosas porque mi madre siempre confió en mi.

Terminamos de desayunar casi a las 12:00 y comimos a las 15:20. Terminamos y no preparamos para la gran sorpresa.

Pedimos un taxi y llegamos 5 minutos antes. Entramos y hay estaba la persona que me iba a ofrecer algo que me iba a gustar por la que dijo él.

Nos sentamos y de repente entraron por la puerta 5 chicos. No me lo podía creer eran los 5 chicos de  ¡ONE DIRECTION!. Se sentaron en un sofá que había en la habitación y esperaron. Mientras a mi el chico me había pedido que cantase en el estudio para comprobar mi voz, y a mi me daba vergüenza por que estaba One Direction hay, sentados, sin más. Al final me decidí y canté.

Cuando salí del estudio todos estaban con la boca abierta, incluso mi madre. Y sin más el musicógrafo me pidió que firmase un contrato con RedOne y yo sorprendidísima sin dudarlo lo leí y lo firmé segura de todo.

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